Un seis de julio pero de 1907 nació la famosa pintora mexicana Magdalena Carmen Frida Kahlo, quien logró convertir el dolor en obras de arte, las cuales hoy en día son admiradas en todo el mundo.

Envuelta en dolor por sus continuos problemas de salud y los desoladores desengaños amorosos, Frida Kahlo sobrellevó sus días dando forma a su desbordante sensibilidad y regalando al mundo su incomparable capacidad artística.

De acuerdo con la historia, la pintora nació en una pintoresca vivienda de Coyoacán, conocida hoy como “La Casa Azul”. Sus padres, el fotógrafo Wilhelm Kahlo, de ascendencia húngaro-alemana, y Matilde Calderón, originaria de Oaxaca, se conocieron trabajando en la joyería La Perla, y juntos tuvieron cuatro hijas: Matilde, Adriana, Frida y Cristina. Concibieron además un hijo, Guillermo, que falleció a los pocos días de nacer.

Con sólo seis años, Frida contrajo poliomielitis. Estuvo nueve meses en cama. Por la afección, su pierna derecha quedó más pequeña y delgada que la izquierda, lo que la convirtió en la escuela en motivo de burlas. Para evitar que se sintiera triste, su padre la animaba a practicar natación y bicicleta, de forma que ejercitara su pierna más frágil.

Parte importante de su juventud, la artista mexicana se centró en realizar deporte y actividades que le ayudaran a sobrellevar las secuelas de la enfermedad. Todavía, no había nacido en ella el interés por la pintura. En 1922, a los 15 años, ingresó en la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), donde ebullían las ideas progresistas y avanzadas del momento.

Ese carácter divertido y vivaz, al que hacen referencia distintas voces, se apagó el 17 de septiembre de 1925, cuando ya había cumplido los 18 años, cuando el autobús en el que viajaba fue arrollado por un tranvía, que lo destruyó por completo.

Tras el accidente, la artista se sometió a 32 intervenciones quirúrgicas y permaneció más de tres meses en cama. Fue entonces cuando despertó en ella la vocación que la convertiría en una figura de talla mundial. Un talento innato que hasta ese momento desconocía.

Durante su larga convalecencia comenzó a pintar de manera más constante. En septiembre de 1926 pintó su primer autorretrato al óleo que dedicó a Alejandro Gómez Arias.​ En esta primera obra emprendió una dinámica que continuaría el resto de su existencia: reflejar en sus cuadros los sucesos de su vida y los sentimientos que le producían.

En 1927 su pintura se volvió más compleja. Ese mismo año pintó el Retrato de Miguel N. Lira, un óleo sobre lienzo de 99,2 X 67,5 cm donde muestra a su compañero cachucha en un fondo muy particular y simbólico lleno de objetos y signos que aluden a su nombre. Apenas un año más tarde realizó el retrato de su hermana Cristina con líneas muy puras y tonos muy suaves.

En 1929 Frida y Diego se casan por primera vez, había una diferencia de 21 años entre ambos. Al año siguiente la pareja se muda a Estados Unidos, un país donde Frida nunca se sintió a gusto. En esa relación hubo engaños (inclusive de Diego con Cristina, hermana de Frida), dolores, reconciliaciones, tres abortos espontáneos y mudanzas.

Fue en 1939 cuando la pareja se separa y un año después se vuelven a casar con la condición de tener vidas sexuales separadas, aunque desde antes Frida ya se relacionaba sexoafectivamente tanto con hombres y mujeres.

Sin duda alguna Frida fue una figura tan única como contradictoria, una mujer que se sublevó a los estereotipos de género pero también una enamorada sufriente de un hombre que muchas veces la lastimó; además fue militante política pero también fue quien estuvo deprimida por un amor convulsionado.

Lamentablemente en 1953 tuvieron que amputarle la pierna por debajo de la rodilla debido a una infección de gangrena. Esto la sumió en una gran depresión que la llevó a intentar el suicidio en un par de ocasiones, utilizando para ello los opiáceos prescritos. Durante ese tiempo escribía poemas en sus diarios, la mayoría relacionados con el dolor y el sufrimiento.

En febrero de 1954 Frida escribió explícitamente en su diario acerca de sus ideas suicidas. Describiendo como una gran tortura los dolores físicos y psíquicos de los últimos seis meses tras la amputación; señaló que, aunque continúa pensando en quitarse la vida, lo único que la retenía era Diego Rivera, a quien no deseaba abandonar porque tiene “la vanidad” de creer que ella le hará falta.

A la edad de 47 años, Frida Kahlo murió en Coyoacán el 13 de julio de 1954. No se realizó ninguna autopsia. Sus restos fueron velados en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México y se cubrió su féretro con la bandera del Partido Comunista Mexicano, un hecho que la prensa nacional criticó profusamente. Su cuerpo fue incinerado en el Crematorio Civil de Dolores y sus cenizas se conservan en la Casa Azul de Coyoacán, el lugar que también la vio nacer.

A lo largo de su vida realizó 150 obras de arte, de las cuales la mayoría son autorretratos.

A través de la página museofridakahlo.org.mx/es/el-museo/ puedes conocer más de su historia y de sus pinturas.

 

Redacción/ El Nacional