Al ser una de las principales causas de muerte en las mujeres alrededor del mundo, el cáncer de mama es una enfermedad difícil de afrontar. Además del peligro para la salud, su diagnóstico nos enfrenta a una temible consecuencia: la pérdida de uno o ambos senos por mastectomía.
Según especialistas, en México solo el 30% de las mujeres recurren a la reconstrucción. Pero esto puede estar a punto de cambiar ya que Jalisco aprobó este procedimiento como parte de los servicios básicos de salud, dando un gran ejemplo para que el resto del país se una.
La Comisión de Higiene, Salud Pública y Prevención de las Adicciones del Congreso de Jalisco aprobó la reconstrucción mamaria gratuita como uno de los servicios básicos que se le debe otorgar a sobrevivientes del cáncer de seno.
Aunque se trata de un programa piloto, abre la puerta a la posibilidad de que las mujeres ya no tengan que pagar esta cirugía de su propio bolsillo o conformarse con sentirse “incompletas” a falta de dinero para costearla.
Es una gran manera de regresar cierto sentimiento de normalidad que, además de incluir el implante, garantizará atención psicológica en caso de requerirla.
Si bien podríamos decir que vale la pena intentar cualquier cosa con tal de salvar la vida, someterse a una mastectomía representa un duelo como cualquier otro, pues implica la pérdida de algo que hasta ahora había conformado parte de nuestro ser.
Las mujeres pueden llegar a asociarlo con una feminidad “averiada” que solo les permite ver en el espejo un cuerpo “maltrecho”. Y no es así. No se pierde nada, solo se gana salud, tiempo y vida. Aun así, recuperar la autoestima es parte esencial del proceso.