Las nuevas autoridades de Bolivia empezaron contactos con el Movimiento al Socialismo (MAS), cuyos legisladores manifestaron su disposición a garantizar un nuevo proceso electoral en el país, aunque condicionaron su participación a que no haya persecución política en su contra.

“Vamos a hacer todos los esfuerzos, con todos los sectores sociales (…), los legisladores del MAS vamos a conversar con ellos, estamos en una mesa de diálogo con ellos”, señaló el ministro de la Presidencia, Jerjes Justiniano Atalá, quien encabezó las conversaciones por parte del gobierno de Jeanine Áñez.

“Una de las preocupaciones del MAS es la probable persecución política que vaya a haber en contra de algunos exfuncionarios. Les hemos dicho: ‘aquí no va a haber persecución política, no va a haber caza de brujas’”, aseguró el funcionario, quien rindió juramento la víspera como parte del nuevo gabinete de gobierno.

No obstante, Atalá aclaró que ello no significa que la justicia no vaya a tomar acciones contra quienes hayan cometido delitos en el marco de la actual crisis.

Sostuvo que el gobierno de transición que encabeza la presidenta Áñez tiene dos objetivos principales: “Lograr un proceso de transición electoral para convocar a elecciones y que haya un nuevo gobierno democrático” y, en segundo lugar, “dar seguridad a todos los ciudadanos”.

Por su parte, los legisladores del MAS expresaron su disposición de avanzar en la ruta de consolidación del nuevo proceso electoral, aunque bajo ciertas condiciones, como el hecho de que haya seguridad para su asistencia a las plenarias del Legislativo y que no haya persecución política en su contra.

Otra de las condiciones del MAS para desmovilizar a las organizaciones sociales afines a Evo Morales, es el regreso del expresidente a Bolivia. En medio de un clima de tensión por las acusaciones de fraude en los comicios del 20 de octubre, Morales renunció a su cargo el domingo y se asiló en México.

Redacción/El nacional