La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, informó que las tareas fundamentales de su gestión será cancelada la reelección y convoca a comicios transparentes en el menor tiempo posible, además de que exigió a los funcionarios poner sus cargos a disposición del nuevo gobierno.
Áñez, quien la víspera asumió el gobierno boliviano, explico que como se trata de retornar al orden constitucional, tiene como prioridades derogar la sentencia constitucional del 28 de noviembre de 2017, que avala la repostulación.
Señalo que además convocará a elecciones generales en el tiempo más breve posible, tal como lo establece la Carta Magna, y afirmo que serán comicios “limpios y transparentes“, con la presencia de todos los actores que cumplan los requerimientos constitucionales.
Áñez, quien era la segunda vicepresidenta del Senado, descartó que se haya producido un golpe de Estado en Bolivia, ya que solo se trata de una reposición de la legalidad constitucional, por la que ha enfrentado el pueblo boliviano, el cual (aseguró) salió a las calles a defender el voto.
Aseveró que asumió el poder “siguiendo escrupulosamente el mandato constitucional y una vez habilitado el procedimiento por el Tribunal Constitucional y constatada la aceptación de dicho procedimiento por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional y la totalidad de las organizaciones políticas que lucharon por la democracia”.
Destacó además el papel de los líderes cívicos, de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas, a los cuales convocó ahora para lograr una transición pacífica y democrática, reportó el diario local La Razón.
Sobre los conflictos que continúan afectando a La Paz, El Alto y otros lugares del país, Áñez destacó que se ha iniciado una ruta pacífica y democrática para reponer la legalidad, por lo que pidió a las Fuerzas Armadas y a la policía que “garanticen la pacificación del país”.
“Se acabaron las persecuciones y el amedrentamiento en Bolivia”, sostuvo la mandataria, quien destacó que su gobierno no permitirá enfrentamientos entre los bolivianos, y anunció la normalización inmediata de las actividades y servicios públicos y privados.
Llamó a los funcionarios a retornar inmediatamente a sus puestos y consideró que todos los cargos públicos, sin excepción, deben ponerse a disposición del nuevo gobierno, “ya sea para arbitrar la sucesión o la continuidad en el puesto”.
Áñez asumió el gobierno después de que el presidente Evo Morales renunció al cargo el domingo pasado, en medio de acusaciones de fraude en los comicios del 20 de octubre, cuyos resultados detonaron protestas de manifestantes a favor y en contra de la reelección.