Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Innsbruck, encontraron un vínculo entre el gusto y la personalidad, por lo que los sabores amargos estaban relacionados con el comportamiento psicópata.
Los investigadores descubrieron una correlación entre el amor por el café negro y las tendencias sádicas o psicopáticas.
La asociación más cercana fue entre los alimentos amargos y el “sadismo cotidiano”, es decir, el placer de infligir niveles moderados de dolor a los demás.
La investigación abarcó a más de 1,000 adultos y les solicitó que dieran sus preferencias de comida y sabor. Posteriormente, los participantes llevaron a cabo una serie de pruebas que evaluaron rasgos de personalidad antisociales, como el sadismo, el narcisismo y la psicopatía.