Españaexhumó el jueves los restos mortales del dictador español Francisco Franco de su tumba en un grandioso mausoleo a las afueras de Madrid. El exgeneral será enterrado más tarde en el día en una cripta familiar en un cementerio próximo.
La operación, ordenada por el gobierno y que se celebra a puerta cerrada, satisface una antigua demanda de familiares de las decenas de miles de víctimas de la guerra civil y el franquismo. La exhumación fue seguida en directo por las principales televisoras y medios web españoles.
Tras extraer el ataúd de debajo de las losas de mármol y granito que lo protegían en el interior de la basílica del Valle, el abad ofreció un breve responso ante la familia. El féretro salió del templo a hombros de sus familiares hasta un coche fúnebre, que lo llevó a un helicóptero para su traslado al cementerio de Mingorrubio, a unos 57 kilómetros (35 millas) de distancia.
En un intento por proteger la privacidad y evitar que las labores de exhumación fuesen grabadas y publicadas en redes sociales, el gobierno prohibió que los asistentes al acto _ 22 miembros de la familia Franco, funcionarios gubernamentales y trabajadores _ llevasen cámaras y celulares.
Por temor a posibles disturbios, las autoridades prohibieron una manifestación contra la exhumación en el cementerio de Mingorrubio, aunque unas 400 personas, algunas de ellas con banderas anticonstitucionales y coreando “Viva Franco”, se congregaron en las inmediaciones del camposanto bajo la mirada de la policía.
Macarena Martínez-Bordiú, una familiar lejana del dictador, dijo sentirse “indignada” con lo ocurrido y acusó al gobierno de “profanar una tumba”.