No hay confusión posible: la gran estatua de madera es una imagen poco halagadora de Donald Trump y se encuentra en Eslovenia, la patria de su esposa Melania.

La construcción de casi ocho metros de altura muestra a Trump con su peinado característico, traje azul, camisa blanca y larga corbata roja. Su brazo derecho con el puño crispado se alza como el de la Estatua de la Libertad en el puerto de Nueva York.

Al accionarse un mecanismo, se separan los labios rojos y aparecen dientes como los de un tiburón.

Como todos los populistas, la estatua tiene dos caras”, dijo el escultor Tomaz Schlegel. “Una es amable y cordial, la otra es la de un vampiro”.

El monumento se alza sobre una propiedad privada entre la vegetación y las colinas de la aldea soñolienta de Sela pri Kamniku, unos 30 kilómetros al noreste de Liubliana, la capital.

Tiene un permiso temporario y debe desaparecer para el 31 de octubre, el día de Halloween. Algunos aldeanos, disgustados por su aspecto, sugieren incendiarla ese día.

Pensé que sería una estatua, una escultura”, dijo Stane Supar, el dueño del terreno. “Pero ahora esta cosa enorme ha crecido y todos me dicen que es una provocación”.

Schlegel, que es arquitecto, dijo al defender su obra que es “una provocación contra el populismo del que el mundo está lleno”.

Es la Estatua de la Libertad, que hoy nadie sabe qué representa”, dijo. “La pose es la de Superman. Puede hacer y decir lo que quiera sin consecuencias”.

Dos turistas estadounidenses que escucharon hablar sobre la estatua se acercaron a este rincón remoto de Eslovenia.

Redacción/El nacional