La intensa búsqueda de Bryer Schmegelsky y Kam McLeod, dos acusados de tres asesinatos en Canadá, finalizo este miércoles de  una forma inesperada con el hallazgo de dos cuerpos que se sospecha que correspondan a los de estos dos jóvenes, un fin terrible que dejará sin responder algunas de las cuestiones básicas del caso.

Tras semanas de miedo, ansiedad, desconcierto e incertidumbre, la Policía Montada de Canadá descubrió a primeras horas del miércoles dos cuerpos, que todo indica son los de Schmegelsky, de 19 años de edad, y McLeod, de 18, a orillas de un río en los alrededores de la comunidad de Gillam, en una remota zona del centro del país.

El hallazgo de los dos cuerpos se produce cuando las operaciones para capturar a los dos fugitivos en los alrededores de Gillam, en el norte de la provincia de Manitoba, habían sido ilimitadas ante la falta de resultados y mientras la Policía aceptaba decenas de pistas que colocaban a los jóvenes en otros puntos del país.

Esta mañana, aproximadamente a las 10:00 h, agentes de la Policía Montada localizaron los cuerpos de dos varones en una zona de densa vegetación“, informo en una conferencia de prensa la responsable de la Policía Montada en la provincia de Manitoba, Jane MacLatchy.

“En estos momentos, se cree que son los cuerpos de los dos sospechosos buscados por el vinculo de los asesinatos en Columbia Británica. La autopsia ha sido programada para corraborar las identidades y las causas de la muerte”, añadió MacLatchy.

La Policía no ha informado ni las causas de la muerte ni cuándo se produjeron, pero la zona es calificada como peligrosa ya que en ella se pueden encontrar osos polares y lobos, entre otros animales, y las condiciones climáticas son extremas incluso en pleno verano.

La localización de los cuerpos se produjo gracias al descubrimiento ayer de objetos pertenecientes a los dos sospechosos en las orillas del río Nelson, a solo un kilómetro de donde hoy se hallaron los cuerpos.

El terrible descubrimiento despeja una de las preguntas que tenía atenazada a la opinión pública canadiense, y había capturado la atención de los medios de comunicación de todo el mundo: ¿dónde están los fugitivos?.

Pero deja abiertas muchas otras dudas que los investigadores temen que en muchos casos no podrán responder.

¿Por qué Schmegelsky y McLeod asesinaron en muy pocas horas a tres personas en el norte de la provincia de Columbia Británica?

Esa pregunta es quizás la mayor angustia que pende sobre las familias de una pareja de turistas extranjeros, la estadounidense Chynna Deese, de 24 años, y el australiano Lucas Fowler, de 23, así como del experto botánico Leonard Dyck, de 64 años.

Varias personas se ofrecieron a ayudar a la pareja de turistas, pero estos rechazaron la asistencia. El 15 de julio sus cadáveres aparecieron tiroteados en la cuneta de la carretera.

Cuatro días después, la alarma cundió en la remota zona del norte de Columbia Británica cuando se supo que otras dos personas que viajaban por el lugar habían desaparecido: Bryer Schmegelsky y Kam McLeod, dos jóvenes de la isla de Vancouver que se dirigían al este en busca de trabajo.

La alarma se convirtió en un temor abierto cuando la Policía anunció que en el proceso de búsqueda de los dos jóvenes habían descubierto el cuerpo de otra persona, Leonard Dyck, quien se encontraba acampando en la zona.

Las especulaciones vincularon las muertes y desapariciones a la obra de un asesino en serie y las autoridades aconsejaron la máxima precaución a los residentes de la región.

Pero el caso dio un vuelco cuando el 21 de julio las autoridades dijeron que Schmegelsky y McLeod se habían convertido en los principales sospechosos de las tres muertes.

¿Por qué huyeron a una remota localidad del centro de Canadá a más de 3 mil kilómetros del lugar de los asesinatos?

Esa es la segunda gran cuestión que autoridades y habitantes de Gillam se preguntan.

Hasta que la Policía llegó a la conclusión que Schmegelsky y McLeod no eran las víctimas de un posible asesino en serie sino los verdugos de tres inocentes, la pareja dispuso de días para huir a cualquier parte del país e incluso cruzar la frontera con Estados Unidos.

Pero los dos fugitivos decidieron recorrer en pocas horas los cerca de 3 mil kilómetros que separan Liard River Hot Springs de Gillam y esconderse en una zona de ciénagas y bosques, infestada de mosquitos, sanguijuelas, lobos y osos polares donde solo hay dos carreteras de acceso.

Redacción/El nacional