Pilar “N”  es una sexoservidora que sabía que invitarles una cerveza a sus clientes les levantaría sospechas. Sabía que “Las Goteras” ya eran “muy famosas” y por eso decidió darles otra cosa para drogarlos: con chocolates Ferrero Rocher, los engañaba, los drogaba y cuando se quedaban dormidos los atracaba.

 De acuerdo con reportes de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) la mujer y, al menos, otras dos trabajadoras sexuales operaban así desde hace más de dos meses en las calles de la alcaldía Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc. Hasta ahora se les relaciona con cuatro atracos.

Pilar fue detenida este lunes luego de que una de sus víctimas se dedicó a rastrearla. Otra mujer identificada como Fátima, ya es buscada por las autoridades.

Jesús fue esa persona. Según la denuncia que presentó ante las autoridades capitalinas, hace un par de semanas circulaba por calles de la colonia Guerrero cuando se detuvo a contratar a la joven sexoservidora.

Tras acordar pagarle 500 pesos por sus servicios, se encaminaron al hotel Nogales, ubicado en Camelia, de la colonia Guerrero. Ahí, la mujer sacó dos chocolates y le ofreció uno; él aceptó y ambos se comieron un Ferrero.

Sin embargo, el de él ya estaba preparado con droga. En menos de 15 minutos se quedó dormido. Jesús cuenta que no recordó lo que pasó. Según dijo, la mujer comenzó a darle un masaje en la espalda, y no supo más.

El hombre se quedó dormido en la cama. Mientras él estaba tirado, ella se dedicó a robar sus cosas. Se llevó su cartera con tarjetas de crédito y dinero. Tomó su reloj, cadena, teléfono y las llaves del auto. Luego subió a él y huyó. Jesús despertó hasta tres horas después.

Tras el robo, él decidió regresar a buscarla. Durante algunos días recorrió las calles de la Guerrero, hasta que la descubrió y le puso una trampa.

Fingió estar interesado en sus servicios y fue a un hotel con ella. Otra vez la mujer sacó los chocolates, pero él ya no se lo comió. Cuando fingió quedarse dormido, ella empezó a robarle y él la detuvo con apoyo de la policía.

Tras su arresto contó que otra sexoservidora llamada Fátima era quien le daba los chocolates. Y aseguró que les pagaban 2 mil pesos por cada carro robado. Ahora, se encuentra detenida, en espera de ser enviada a prisión.

Redacción/El Nacional