Roberta Jacobson, quien fue embajadora de Estados Unidos en México entre 2016 y 2018, informo que eventualmente el presidente Andrés Manuel López Obrador aceptara que no se puede ceder siempre a las demandas de Donald Trump.
En una entrevista para BBC Mundo, la diplomática, considerada una de las más experimentadas de EE.UU. en la región, manifestó sus dudas sobre la viabilidad del acuerdo entre ambos países para enfrentar la migración indocumentada, así como la sostenibilidad de la estrategia de “paz y amor”promovida por López Obrador.
Cuestionada sobre el acuerdo alcanzado entre ambos países en materia migratoria para evitar un posible conflicto arancelario, dijo que en realidad el aumento de efectivos mexicanos en la frontera con Guatemala y el programa de protección a migrantes no son medidas nuevas.
Añadió que en el caso del gobierno mexicano, “el presidente López Obrador tendrá que decidir si quiere continuar con amor y paz o si necesita confrontarlo (a Trump)“. Asimismo, admitió que el mandatario estadounidense tiene razón al decir que, sin la amenaza de aranceles, México no habría firmado un acuerdo migratorio de este tipo.
Por otro lado, explicó que difícilmente México logrará gestionar la llegada y el alojamiento de los migrantes con procesos migratorios en Estados Unidos, que es al mismo tiempo uno de los puntos álgidos del acuerdo.
Jacobson dijo que el gobierno mexicano enfrentará una creciente presión por parte de los estados del país, pues ni sus respectivas administraciones ni su gente tienen la paciencia, la generosidad ni los recursos para brindarle empleo, vivienda y alimentos a los indocumentados, que deben esperar hasta dos años para concluir su proceso de asilo.
Sobre otro punto del acuerdo, consistente en el despliegue de 6 mil elementos de la Guardia Nacionalpara detener a los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, Roberta Jacobson afirmó que es imposible frenar los flujos migratorios utilizando únicamente la fuerza.
Mientras tanto, sobre la posibilidad de que México se convierta en un “tercer país seguro“, explicó que ni México ni Guatemala tienen la capacidad de procesar la llegada de miles de migrantes, además de que el tener que esperar en México motivará a muchos migrantes a emprender el viaje con rumbo a Estados Unidos.
“No sé cuáles son los criterios para certificar que un país sea seguro, pero sería un poco difícil certificar a México, donde la cifra de homicidios aumenta todavía, añadió.
La ex embajadora, reiteró que el país enfrenta un problema serio intentando complacer a Donald Trump, pues siempre puede regresar a presionar con la imposición de aranceles para satisfacer alguna de sus demandas.
Finalmente, sobre la posibilidad de que Donald Trump sea elegido para un futuro periodo al frente de la Casa Blanca, dijo que sería una mala noticia para América Latina, contaminando la relación entre Estados Unidos y la región.