Una recién nacida fue enterrada aún con vida por su propia madre y después devorada por animales, en un hecho ocurrido en la zona rural del municipio brasileño de Camocin, estado de Ceará (nordeste).
Así lo informaron los familiares de la menor, quienes descubrieron los hechos e informaron a las autoridades que el cadáver presentaba señales de mordiscos de animales silvestres, sin especificar cuáles eran.
El Núcleo de Pericia Forense de Ceará en la ciudad de Sobral, será quienes determinen si la causa de la muerte fue asfixia o consecuencia de las mordidas de los animales.
La responsable de lo ocurrido, identificada como Raimunda Nonata Laurindo da Silveira, de 24 años, fue detenida y trasladada a la Comisaría Municipal de Jijoca, donde confesó que ocultó su embarazo durante casi nueve meses y pocos días antes de la fecha prevista para el nacimiento ingirió bebidas abortivas y anticipó el parto.
Después de nacer su hija, indicó que la llevó hasta una zona rural y la enterró en una cueva.
En su interrogatorio frente a las autoridades, la mujer justificó el hecho a que ya tenía dos hijos, uno de ellos entregado en adopción, y temía represalias de su familia ante un nuevo embarazo.