Delia Rodríguez/ El Nacional
Comer de pie, hacerlo rápido e incluso siendo de un lado para otro, no es muy aconsejable. Si es eventual, no pasa nada, pero si se convierte en rutina se puede terminar con problemas de salud y con un aumento de peso.
Según estudios comer de pie no es bueno para la salud, es un mal hábito porque genera que no se produzca una correcta comunicación entre el sistema digestivo y el cerebro, el encargado de controlar el apetito y la saciedad.
“Cuando masticamos despacio el estómago emite señales químicas hacia el cerebro para avisar que llegó la comida y luego el cerebro responde si la persona está llena y se deja de comer”, mencionan los expertos.
Por otra parte, también pueden surgir problemas de indigestión, como la dispepsia, un trastorno que aparece después de las comidas y cuyos síntomas más frecuentes son náuseas, pesadez y dolor de estómago, ardor y flatulencia.
Lo recomendable es comer sentados y reposar entre 15 y 20 minutos.