Redacción / El Nacional
En la Universidad de Carnegie Mellon hicieron un estudio con 64 parejas de adultos, todos casados, todos heterosexuales. Se les preguntó qué tan seguido tenían relaciones sexuales, qué tan satisfactorias eran y qué tan felices eran, en general.
A la mitad de estas parejas se les pidió duplicar la cantidad de veces que tenían sexo en un periodo determinado de tiempo, es decir, si una pareja tenía relaciones 1 vez al mes les pidieron que lo hicieran 2, si una pareja tenía 3 veces por semana, tenían que hacerlo 6.
Los participantes tenían que llenar un pequeño cuestionario todos los días durante el experimento para medir la calidad de sus encuentros y su nivel de felicidad después de cada uno de ellos.
Lo curioso es que las parejas que duplicaron sus sesiones de sexo no fueron más felices, al contrario… se sentían más estresados y presionados por llenar la cuota del estudio que por tener orgasmos placenteros.
George Loewenstein, profesor de psicología en Carnegie Mellon, concluye que si se tiene sexo por cualquier razón que no sea la de querer tener sexo, éste no te hace feliz.
Esto demuestra que no es la cantidad de orgasmos, sino la calidad de los mismos lo que te da felicidad.