El sarro, denominado cálculo o tártaro dental se compone por sales minerales y desechos, formando una superficie rugosa y amarillenta, quitar el sarro se ha convertido en una de las principales preocupaciones de las personas ya que es difícil quitar solo con cepillado regular, recuerda que el cepillar los dientes por lo menos tres veces al día evitara que la placa bacteriana se siga formando
Cepilla tus dientes mínimo tres veces al día (mañana, mediodía y noche) y cambiar el cepillo cada 3 meses.
El uso de hilo dental y enjuague bucal son ideales para completar una correcta higiene y eliminar las bacterias y el sarro.
Es importante visitar al odontólogo,mínimo dos veces al año para una limpieza profunda así como también cuidar las caries; aquí te dejamos algunas recetas naturales que pueden complementar tu cuidado bucal.
1. Bicarbonato de sodio
Al ser un elemento muy común, es posible que lo encuentres en casa ya que tiene múltiples propiedades
Solo tienes que echar un poco de bicarbonato en el cepillo mojado y cepillando tus dientes como de costumbre, posteriormente enjuagar tu boca con abundante agua, recuerda que el bicarbonato tiene un sabor muy salado.
2. Agua oxigenada
Es otro de los elementos que es común encontrar en cualquier hogar, porque sirve para limpiar heridas, aclarar la piel y hasta para blanquear los dientes.
Úsalo dos veces por semana, haciendo una mezcla de partes iguales de agua y peróxido de hidrógeno y enjuaga la boca después del cepillado.
3. Manzana
Comer una manzana cruda con cáscara, aparte de ser un postre saludable también permite limpiar los dientes de forma natural, te sugerimos comer de una a dos piezas al día.
4.Dentífrico casero anti-sarro
Al ser una pasta dental casera, evitaras químicos que dañan el esmalte natural de los dientes,sus componentes eliminan el sarro y los mantiene sanos.
Ingredientes
½ taza de aceite de coco (100 g)
3 cucharadas de bicarbonato de sodio (30 g)
2 cucharadas de estevia en polvo (20 g)
20 gotas de aceite esencial (a tu elección)
Preparación
coloca el aceite de coco, el bicarbonato y la estevia en un recipiente.
Mezcla bien y añade el aceite esencial por la que te decidiste (por ejemplo, de limón, de menta o de lavanda).
Revuelve bien para obtener una pasta homogénea y almacena en un frasco de vidrio.
Usa todos los días sustituyendo el dentífrico tradicional.