Una familia guatemalteca presentó este mes una demanda en contra de Universal Orlando Resort, luego de que el padre de familia de 38 años de edad, muriera hace dos años de un ataque cardíaco al subirse a una atracción que no tenía advertencias en español.

José Calderón Arana, quien ya padecía problemas cardíacos, no hablaba inglés y decidió vivir el “Skull Island: Reign of Kong”: “Universal estaba al tanto de la gran cantidad de turistas en sus instalaciones que no hablan inglés”, dice la demanda presentada en una corte estatal en Orlando.

Por otro lado, Tom Schroder, uno de los voceros del parque, informó a través de un email que el parque temático no comenta sobre licitaciones pendientes. El sitio web oficial de Universal Orlando Resort tiene traducciones al español y portugués.

La atracción Skull Island” llevaba alrededor de seis meses abierta cuando Calderón murió en 2016. Utiliza animatrónicos y pantallas 3D para recrear una expedición a través de una isla llena de criaturas carnívoras inspirada en las recientes versiones de las películas de King Kong.

A la entrada de la atracción, los visitantes pueden ver un letrero que indica en inglés: “¡Advertencia! Esta atracción es una expedición a través del escabroso terreno del hábitat natural de King Kong. El movimiento del camión es dinámico con aceleraciones repentinas, fuertes declives y movimientos bruscos”.

De igual manera, advierte que las personas con problemas cardiacos o de presión, espalda o cuello, así como embarazadas, no deben subirse. Además del texto, cada situación está acompañada de un dibujo.

José Calderón Arana, no se sintió bien tras subirse al paseo, por lo que su esposa pensó que solo se trataba de un malestar estomacal, según la demanda.

El padre de familia se sentó a descansar en una banca mientras su pareja y su hijo se subían a otra atracción. Cuando ellos volvieron, él ya se había desmayado y fue llevado a un hospital donde murió posteriormente.

La familia también afirma que el parque tardó en atender al hombre después de colapsar.

Redacción/El Nacional