Luego de un reporte ciudadano, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) atendió un manatí muerto en el río Usumacinta dentro del ejido Salsipuedes, municipio de Centla, en el estado de Tabasco.

Al acudir al lugar se llevó a cabo una revisión del ejemplar, el cual tenía una longitud de 1.57 metros, y tenia mas de 48 horas muerto, según un médico veterinario zootecnista de la Secretaría de Energía Recursos Naturales y Protección Ambiental (Sernapam).  

Gracias a la necropsia, se puedo detallar que el organismo ya no contaba con los órganos blandos, como el hígado, bazo, corazón, riñón, pulmón, además de presentar orificios en su cuerpo, que todo parece indicar qie se ocasionaron por aves carroñeras.

El cuerpo presentaba quemaduras en la zona pectoral, de las aletas y en la zona maxilar inferior.

Fueron tomadas muestras de grasa, piel y músculo de la aleta y la cola, las cuales se mantendrán en congelación para despues ser enviados a laboratorios especializados para poder determinar las causas de su muerte.

Los restos fueron enterrados, tal y como lo establece el Protocolo de atención para varamiento de mamíferos marinos, al igual que evitar algún riesgo sanitario por el estado de descomposición en que se encuentra.

En México, el Manatí (Trichechus manatus) se encuentra enlistada en la categoría de Peligro de Extinción (P) de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.

Redacción/El Nacional