Rachael Knappier, de 29 años dice haber “quedado traumatizada” luego de que una esteticista le rellenara los labios en una “fiesta de bótox” en casa de una amiga, en Reino Unido.
Después de que le inyectaran bótox, sustancia para disimular las arrugas y aumentar el tamaño de los labios, Knappier comenzó a sentirse mal.
“Recuerdo que sentía mucho dolor”, “Mas tarde deje de sentir mis labios, los tenia de un tamaño que nunca había visto”.
Se decidió por llamar a la esteticista quien le dijo que aplicara hielo y tomara un antihistamínico, pero Rachael asegura que sus labios siguieron creciendo.
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La joven fue deprisa al hospital, donde extrajeron el liquido de manera inmediata, ya que el tejido moría, y estaba en riesgo de perder su labio superior.
Después de 72 horas la hinchazón comenzó a disminuir y tres meses después sus labios volvieron a la normalidad.
“Me dejo traumatizada, no le deseo esto ni a mi peor enemigo”.
Desde entonces, Rachael inicio una campaña para que este tipo de tratamiento solo pueda ser realizado por médicos especializados.