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Redacción/El Nacional

Adiós Frozen, después de que tus hijos vean la nueva de Los Minions no hablarán de otra cosa.

Desde tiempos inmemoriales han existido estas criaturas, su misión: encontrar al más grande villano de la humanidad y ser sus secuaces. Por cientos de años estas criaturas se han asociado con los más grandes malos de los que se tenga memoria (excepto Hitler, hasta Los Minions tienen estándares de moral) esto nos lleva hasta los 60’s -cuatro décadas antes de Gru-, cuando el destino los lleva a una convención de super villanos y ahí se encuentran a la horma de sus zapatos, la increíble y malévola Scarlett Overkill. Esta villana les dará la tarea más difícil que jamás hayan enfrentado: robar la corona real de Inglaterra.

Lo inevitable sucedió, llega a pantallas el spinoff mitad precuela de las exitosas cintas de “Despicable me”. Los Minions robaron los corazones de chicos y adultos en la franquicia pero en esta ocasión es su turno del estrellato. Las entregas pasadas protagonizadas por Gru encarnado por Steve Carrell tenían de todo un poco; una historia firme y con mensaje, valores familiares al por mayor y por supuesto, estas pequeñas criaturas que rompían tensiones cuando la historia se volvía cansada. Pues, esta vez sólo obtendremos una cinta sin historia ni valores, sólo comedia física y diálogos incomprensibles que despiertan la desesperación por escuchar un diálogo coherente.

No osbtante, lo anterior no es suficiente para crear un pésimo filme debido a que está pensada para el público infantil (ustedes saben que los pequeños se devoran cualquier cosa), y si estás harto de esa maldita película de “frozen”, esta es tu oportunidad de darle a tus hijos una nueva cinta con la que enajenarse.

Minions tiene un elenco increíble: Sandra Bullock, Jon Hamm y Michael Keaton prestaron sus voces; sin embargo, el detalle está en la villana Scarlett Overkill que con su recortado tiempo en pantalla solo logra conectar dos palabras, desafortunadamente son gritos sin mucho espíritu, haciéndola un personaje blando y algo aburrido; el verdadero héroe por ese frente es Keaton que encarna a un roba bancos.

Por otro lado, esta película gastó millones y millones en su musicalización. Se adorna con una selección de tracks clásicos de rock, un capricho que sale demasiado caro pero que encajan perfectamente con el espíritu de la trama. Los Beatles son los que tiene mayor catálogo en pantalla.