La cirugía íntima femenina o cirugía estética genital consiste en una serie de procedimientos quirúrgicos cuyo principal objetivo es mejorar el aspecto y la funcionalidad de los genitales.
En Brasil, Colombia y Venezuela este tipo de procedimientos quirúrgicos son extremadamente populares. En México no hay estadísticas de cuántas operaciones se hacen, pero todos los cirujanos afirman que la demanda aumenta drásticamente. En ciudades como Puebla, Guadalajara y Monterrey ya hay bastantes clínicas de estética que ofrecen estos servicios.
La edad de las mujeres que solicitan estas técnicas es cada vez menor, aunque oscila entre los 18 y los 60 años, la mayor demanda se sitúa entre los 30 y los 35, mientras que se atribuyen en las modas de bikinis, ropa muy ajustada, leggins, que cada vez dejan menos lugar a la imaginación.
Mantener relaciones sexuales si tienen unos genitales de los que se avergüenzan o que les hacen sentirse acomplejadas es otro de los principales motivos que lleva cada vez a más mujeres a buscar una solución a su problema en clínicas que disponen de unidades especializadas en cirugía estética genital.
Entre los tipos de cirugía plástica genital más demandados se encuentran la labioplastia, la liposucción en el monte de Venus o lifting púbico, la vaginoplastia, la clitoriplastia, la reconstrucción del himen, o el microinjerto de vello en el pubis.
Posibles riesgos
Las mismas expertas son, además, quienes señalan algunos de los principales riesgos. Éstas aseguran que podría ser peor ‘el remedio que la enfermedad’, y es que, según ellas, la operación podría aumentar los problemas sexuales; ya que podrían dañarse los nervios de la zona vaginal, afectando así a la sensibilidad y la satisfacción sexual.
También podrían presentarse posteriores complicaciones en el parto, como hemorragias o desgarros.
Sin embargo, los cirujanos especializados en estas intervenciones no se muestran de acuerdo y creen que “se ha exagerado”. Lo presentan como un procedimiento menor, con pocos riesgos.