El pasado sábado concluyó un sínodo de obispos en pro de los derechos de las mujeres, con afirmaciones de que es un “deber de justicia” que ellas participen en la toma de decisiones de la Iglesia católica.

El papa Francisco había convocado la reunión episcopal para examinar alternativas para atender mejor a los jóvenes y ayudarles a encontrar su vocación en la vida. Sin embargo, todo se entorno en un inmerso debate de temas, entre ellos, los escándalos de abusos sexuales cometidos por el clero, el respeto a los homosexuales y los derechos de las mujeres.

En cuanto al tema de las mujeres, fue especialmente espinoso ya que solo siete monjas fueron invitadas al sínodo junto con 267 cardenales, obispos y sacerdotes. Ninguna de ellas tuvo derecho a votar sobre el documento final.

Una solicitud al margen del sínodo para exigir que se permita votar a las madres superioras reunió unas 9.000 firmas, pero de todas formas la referencia sobre la disparidad de género en futuros sínodos que se mencionaba en el borrador fue eliminada del documento final.

Redacción/El Nacional