Durante un día de pesca, un hombre australiano descubrió que su señuelo había atraído a un extraño espécimen, se trataba de un pequeño tiburón con dos cabezas.
Esta mutación comienza a ser visible con más frecuente en diferentes cuerpos de agua, incluidos el mar Caribe y Oceanía.
Científicos están buscando una explicación a este fenómeno, sin embargo no existe una conclusión determinada sobre la causa de la mutación.
Existen teorías que atribuyen la mutación genética a infecciones bacterianas, contaminación o a la pesca excesiva, (esta última lleva a los pocos ejemplares de la especie a reproducirse con su propia familia).
Se espera que biólogos puedan encontrar las causas que originan este fenómeno.
Redacción/El Nacional