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Redacción/El Nacional

A cuatro años de su rescate, el Planetario de la Sociedad Astronómica de México (SAM), ubicado en el Parque Coronel Felipe Xicoténcatl, colonia Álamos, es para muchos desconocido.

Este recinto, inaugurado como planetario en 1958,  abre una ventana al universo y en 2011 fue rescatado de su abandono por académicos, estudiantes del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y vecinos de la colonia Álamos, en la delegación Benito Juárez.

Cada sala y observatorios del primer planetario de México y América Latina son un esfuerzo de recuperación en conjunto donde cada domingo se realizan actividades de divulgación científica que comprenden talleres de creación de satélites enlatados y de telescopios, así como cursos de astronomía básica y la consulta de 10 mil libros y revistas especializadas en esa ciencia; algunos ejemplares datan de 1800 y 1900.

Alejandro Farah, director de la Sociedad Astronómica de México, aseguró que este recinto es una oportunidad para fomentar la ciencia y la tecnología en el Distrito Federal.

“A la Sociedad Astronómica de México le sucedió un poco de lo que pasó en muchas instituciones, empezaron a debilitarse y finalmente pasaron de tener mil socios inscritos a ser cuatro. Resultó que ya  no se daban abasto para mantener las instalaciones y fue cuando acudieron al Instituto de Astronomía para pedir ayuda. Junto con académicos del instituto y estudiantes decidimos rescatar el edificio que llevaba 20 años sin mantenimiento”, declaró el doctor y maestro en astronomía.

Frente al desconocimiento de su ubicación, incluso por los mismos vecinos de la Álamos, los científicos se propusieron realizar un museo astronómico en ese sitio para el próximo año.

“Lo que más me sorprende es cuando llegan los vecinos y te dicen: “yo no sabía que esto existía en mi colonia”, te impacta porque describe muy bien el abandono que tiene en México la ciencia, la cultura y el arte. Es importante retomarlo y volverlo a impulsar”, dijo.

Al interior de la construcción se conserva el estilo Art Decó en sus escaleras, lámparas y estructura. El recinto científico fue el segundo, después del de Francia, en ser sede de la mayor sociedad astronómica del mundo.

Actualmente los visitantes pueden apreciar los anillos de  Júpiter y las lunas de Venus desde el telescopio reflector Fecker, además de conocer el taller de óptica, de mecánica, el planetario y la bóveda para la proyección, así como dos observatorios, biblioteca y auditorio.

Ricardo Granados, coordinador de tecnología de la Sociedad Astronómica de México y quien tiene tres años en el proyecto, dijo que su primera tarea -como la de todos- fue la de limpieza y saneamiento.

“Mi primera labor fue limpiar, pintar, lograr recuperar este espacio para la ciencia en la Ciudad de México. Posteriormente, proponer talleres como el que vamos a inaugurar sobre la construcción de satélites enlatados con materiales sencillos. La idea es que principalmente los jóvenes conozcan y se interesen en la ciencia”, aseguró.

Granados confesó que antes de conocer al doctor Alejandro Farah en la UNAM, como su alumno, también desconocía la existencia del planetario, por lo que desea compartir la experiencia histórica de este inmueble.

Yo creo que la ciencia es parte importante de la vida. Convivimos con ella aunque no queramos y digamos que no nos gustan las matemáticas, pues están presentes en todo lo que usamos. En el momento en que estás en internet o usas tu celular ya estás participando con la ciencia. Es bueno que se enteré la gente a través de estas actividades cómo está hecho y que participen, aparte la astronomía es de las áreas más románticas de la ciencia”, dijo Granados, quien está próximo en hacer su doctorado en Francia para analizar la trayectoria de la sonda Rosetta.

Algunos de los miembros destacados de la SAM, fundada en 1902, fueron el cantautor infantil Francisco Gabilondo Soler, Cri-Crí; Luis Enrique Erro, Porfirio Díaz y Amado Nervo. Actualmente hay 40 miembros activos.