Valeria Gonzalez /El Nacional

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  • El sexo también se puede planificar, no siempre será espontáneo. Arma una escena erótica: cambia el lugar, el escenario, las luces, la música. Usa aceites para masajes y lubricantes íntimos. Modifica la actitud, los ingredientes y el vestuario.

 

  • Acaricia, abraza, mima a tu pareja y dejá que lo hagan con vos.

 

  • Pueden utilizar material erótico para estimularse mutuamente: desde videos, fotos, vibradores, dildos y otras ayudas sexuales. La lencería erótica puede ser un buen estimulante. Internet o libros clásicos sobre erotismo, también. Sigo siendo un cultor empedernido de la buena literatura: desde el Kamasutra al Ananga Ranga, pasando por genios como Aretino, Chaucer, Bocaccio y Ovidio hasta escritores como Annaïs Nin, Henry Miller, H. D. Lawrence o Erica Jong.

 

  • Combiná romance con erotismo y pasión, para que el sexo se convierta alternativamente en algo salvaje y romántico, suave o explosivo.

 

  • Cada tanto retoma un diálogo sobre tus gustos y los de tu pareja. La vida cambia, los gustos cambian. Aquella posición que más te gustaba, hoy no tanto. Es bueno que tu pareja lo sepa y sepas lo que a él/ella le gusta: ahora y en esta época de la vida. Cambia, todo cambia…

 

  • Tengan un día erótico distinto para cada uno. Esa jornada estarás a su disposición para lo que te pida. Serás un esclavo o una esclava en el amor, al menos por un día. Si se entregan con confianza, luego serán recompensados cuando sea su turno.

 

  • Disfruten de los masajes eróticos o relajantes, dando y recibiéndolos.

 

  • Regálense un baño de inmersión o una ducha juntos.

 

  • Gocen de los juegos sin la obligación de la penetración.

 

  • Déjale notas amorosas, envíale e-mails eróticos o pasionales.

 

  • Juega a ser su visitante nocturno, su amante furtiva.

 

  • Sorprende a tu pareja con una cena afrodisíaca, con un buen vino, con manjares para halagarla, presentados de manera erótica o romántica.

 

  • No olviden la capacidad erotizante del gran olvidado en las parejas de muchos años: el beso. Vivan una sesión prolongada de besos cortos, profundos, suaves, apasionados, húmedos o secos, largos o breves.

 

  • Hagan el amor en lugares diferentes, con música de fondo o en medio del silencio, con inciensos, sahumerios o perfumes, con velas en la tenue oscuridad o bajo intensa luz.

 

  • Hagan el amor vestidos o semivestidos. Empiecen desnudos para luego ir incorporando ropas. Se las pueden quitar o intercambiar. Ver a una mujer con una camisa o la remera de varón, pegada al cuerpo puede ser muy estimulante; si está un poco mojada tras salir de la ducha o del mar, mejor. Los varones son más reticentes a intercambiar ropas con su pareja, pero a muchos también les encanta.

 

  • Explicita tu deseo. Disfruta del sexo oral, de la estimulación manual, de los besos y de las caricias en todo el cuerpo. Recorre los valles, las planicies, las sierras y la selva húmeda.

 

  • Es bueno confiar en la pareja: entregarse plenamente, abrir la coraza y  perderse en el otro.

 

  • Respeta a tu pareja, ensálzala día a día, sé gentil con é/ella, que bien dicen que lo cortés no quita lo valiente.

 

  • Aprende a disfrutar también de la vida sin tu pareja: de tus gustos, de tus hijos, de tus amigos, de tu tiempo sagrado. Poder despegarse ayuda a volver a encontrarse y a extrañar más al otro.

 

  • No saques a relucir viejas deudas cuando estás hablando de algo amoroso o romántico. Dejá de lado el viejo juego de “ahora te acordás, cuando aquella vez me dijiste…”

 

  • Recuerda que el crecimiento de tu pareja puede redundar en un crecimiento para vos. No trabes sus intentos de ser libre sexualmente y dejó atrás tus viejos conceptos.

 

  • Aprende de las mujeres: de su sensibilidad, de su ternura, de sus conocimientos y de sus gustos sexuales. No creas que los varones se las sepan todas.

 

  • Aprende de los varones: de sus virtudes, de sus formas de gozar e, incluso, de sus inseguridades.

 

  • Si sos mujer: date permisos para conducir el acto sexual. Trata de promover y buscar el encuentro erótico, de pedirle lo que te gusta.

 

  • Si sos hombre: date permisos para entregarte a ella. Descubrí tu parte sensible, cariñosa y sensual.

 

  • No pienses que hay edades límites para el sexo: se puede disfrutar de él desde la adolescencia hasta el fin de la vida.

 

  • Dale alas a las fantasías: suelen ser un eficaz ingrediente erótico y una manera de evitar el aburrimiento y la monotonía. Recordemos a ese creador de sueños que fue el escritor Ray Bradbury cuando decía que “hay que inyectarse cada día con fantasías para no morir de realidad”.

 

  • Mantenerte sexy, saludable y no te olvides de la higiene.

 

  • Levanta su autoestima, que es una manera de levantar la tuya. “Seré el mejor hombre de tu vida si tú eres la mejor mujer de mi vida”, cantaban The Bee Gees.

 

  • Agreguen a esta lista todos los ingredientes que se les ocurran: pueden darse el permiso de ser creativos, imaginativos, sorprendentes, impredecibles, artistas del erotismo, protagonistas de esa maravillosa obra que se llama sexualidad.