Considerados como la nueva camada de directores técnicos en México, el argentino Hernán Cristante y el uruguayo Robert Dante Siboldi, disputarán su primera final de liga en tan poco tiempo dirigiendo en el máximo circuito.
El legendario ex portero de los diablos tomó la batuta en el Apertura 2016, registrando un saldo de 78 juegos dirigidos repartidos en 36 victorias, 21 empates y 21 derrotas, números de un estratega de alto calibre a pesar de tener casi dos años dirigiendo en primera.
Este Clausura 2018 ha sido el torneo más sobresaliente de la Era de Cristante en los choriceros, en lo que fue su tercera Liguilla consecutiva, pues desde el Clausura 2017 ha instalado a los diablos rojos en el rol de protagonistas nuevamente.
Su primera fiesta grande como técnico, se quedó con las ganas de avanzar a la final al ser eliminado en semifinales por las Chivas, sin embargo, tuvo su revancha en el Apertura 2017 donde no pasó de cuartos al ser echado por Monarcas.
Siendo este actual certamen donde su papel de timonel escarlata aumentó considerablemente, registrando números extremadamente buenos con 11 victorias, tres empates y tres derrotas, llevando a Toluca al superliderato de la tabla general y a su primera final de liga en ocho años.
Por su parte, Siboldi es el que posee menos experiencia pero lo realizado con Santos en su primer torneo completo oficial como estratega es excelente; y es que el charrúa tomó las riendas del equipo en la fecha 9 del Apertura 2017, esto tras la destitución de José Manuel de la Torre del banquillo verdiblanco.
Siboldi fue el elegido al ya tener tiempo trabajando con las fuerzas básicas de los laguneros, y en sus primeros duelos hizo un cambio radical en cuanto a lo futbolístico con el plantel, obteniendo dos triunfos, cuatro empates y dos descalabros en los ocho cotejos que dirigió.
La directiva creyó en el proyecto del sudamericano al contemplar a su cantera en él, por lo que decidieron darle oportunidad de seguir al frente del conjunto de la comarca. Por lo que en este Clausura 2018 llevó a Santos a ser un rival fuerte, temido y que en algún momento fue superlíder de la competencia.
Nueve victorias, dos empates y seis derrotas fueron lo cosechado en fase regular, metiendo al equipo a la Liguilla donde entró con ciertas dudas luego de un triunfo en seis partidos, pero al fe no decayó y lograron sobre ponerse a rivales de alto calibre como Tigres y América e instalarse en una anhelada final, la cual no llegaban desde el lejano Clausura 2015 donde resultaron vencedores aquella ocasión frente a Querétaro.