Redacción/El Nacional

El pequeño niño británico, Alfie Evans, que tenia una rara enfermedad que lo dejo en “estado semivegetativo”, murió cinco días después de que los médicos le retiraran el soporte vital a los 23 meses de edad.

Los padres del menor Kate James y Tom Evans anunciaron el deceso de su hijo a través de las redes sociales dando a conocer que se encontraban muy “desolados”.

El pequeño padecía una muy extraña enfermedad neurológica degenerativa que lo dejó en estado semivegetativo con una casi nula función cerebral.

El caso se volvió más notable ya que los médicos argumentaban que era inútil seguir tratando al pequeño ya que su condición era irreversible y señalaron que debía permitírsele morir, en cambio sus padres lucharon durante meses para intentar convencer  a los jueces para que les permitieran trasladarlo al hospital infantil del Vaticano, donde podían mantenerlo con vida gracias a las máquinas.

La campaña logró el respaldo del papa y de grupos cristianos, dando notoria internacional.

El deceso llegó en un momento en que disminuyeron las tensiones entre la familia y el hospital, ya que los Evans se comprometieron a trabajar con los médicos para dar “dignidad y comodidad” a su hijo, mientras se pedía una tregua en el polémico caso.