AgujeroNegro

Agencia/El Nacional

El despertar de un agujero negro fue lo que observó el satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA), al informar de un estallido de radiación de alta energía la semana pasada en el espacio.

En contraste con la pacífica vista del cielo nocturno que pueden ver las personas con sus ojos, el cielo visible desde la alta frecuencia es un dinámico espectáculo de luz, con fuentes cuyo brillo cambia en unos minutos de forma drástica, o en escalas de tiempo de años, incluso, décadas, detalló la ESA en su página de internet.

Un viejo conocido de los astrónomos de rayos X y gamma hizo su reentrada en la escena cósmica: V404 Cygni, un sistema compuesto por un agujero negro y una estrella compañera, que se orbitan de manera mutua, el pasado 15 de junio.

En este tipo de sistema binario la materia fluye desde la estrella al agujero negro. Antes de caer al agujero en espiral, forma un disco a su alrededor, donde se calienta y el brillo se eleva en las distintas longitudes de onda, óptico, rayos X y ultravioleta.

Los rayos X y gamma proceden de los más extremos fenómenos en el universo, como explosiones estelares, potentes estallidos y agujeros negros devorando la materia a su alrededor.

Los primeros indicios de la renovada actividad en V404 Cygni los detectó el telescopio Burst Alert a bordo del satélite Swift, de la NASA, que registró un repentino aumento de rayos gamma, lo que le llevó observarlo también con su telescopio de rayos X.

Erik Kuulkers, jefe científico de Integral, destacó que el comportamiento de esta fuente es por ahora extraordinario, con repetidos flashes brillantes en períodos de menos de una hora, algo visto rara vez en otros sistemas con agujeros negros.

“En estos momentos se convierte en el objeto más brillante de todo el cielo en rayos X, hasta 50 veces más brillante que la nebulosa del Cangrejo, una de las fuentes más brillantes en el cielo a alta energía”, añadió.

Según el especialista, el sistema V404 no se mostraba así de activo desde 1989, cuando se observó con el satélite japonés de rayos X Ginga, y con instrumentos de alta energía a bordo de la estación espacial Mir.