Pedro Delgado/El Nacional

Mucho se ha dicho que el perro es el mejor amigo del hombre, pues su lealtad y compañía  que hacen a los humanos así lo reafirman, pero las historias que lo ejemplifican pueden ir más allá de una simple frase.

Se trata de “Capitán”, un perrito de la provincia de Córdoba, en Argentina, quien luego de más de una década de cuidar la tumba de su amo, finalmente, murió en la misma lapida.

La mascota, un perro mestizo con algo de ovejero alemán de aproximadamente 16 años, fue un regalo de su amo, identificado como Miguel Guzmán para su hijo, aunque fue un año después que Guzmán perdió la vida, quedando el perro a la intemperie y en situación de calle.

La familia del amo pensó que el perrito había muerto o que otra familia lo había adoptado, hasta que durante una visita que hicieron a su familiar en el panteón, encontraron al animal sobre la tumba de Miguel.

Según los habitantes de la zona, “Capitán” deambulaba por las calles cercanas al lugar para después, llegada la tarde, postrarse en la tumba de su amo, donde pasaba gran parte de su tiempo y donde dormía.

La “guardia” que hacia el can en la tumba de su amo se convirtió en su rutina, misma que con el paso de los años le cobró factura, pues presentaba ya desgaste en su cadera y problemas en la vista, hasta finalmente perder la vida en el mismo lugar en el que permanece su dueño.

La historia ha causado conmoción entre los habitantes del lugar, quienes han asegurado nunca haber visto alguna muestra igual de fidelidad, por lo que solicitarán a las autoridades permitir que los restos del animal sean puestos en el cementerio.