Actualmente Islandia cuenta con una ley que exige a las compañías demostrar que están dando igual sueldo a hombres y mujeres.
El parlamento aprobó la ley en junio y entró en vigor el Año Nuevo, buscando eliminar la discriminación entre los salarios de las mujeres, ya que ha persistido a pesar de que existen leyes sobre la igualdad de género desde 1961.
“Si una mujer está segura de que está cobrando menos que un hombre, podrá reclamar jurídicamente su derecho a recibir una misma remuneración por un mismo trabajo”, declaró la ministra de la Mujer en funciones, la socialdemócrata Katarina Barley.
Además, las empresas que cuenten con más de 500 empleados, cifradas en torno a unas cuatro mil el país, deberán elaborar informes periódicos sobre la igualdad salarial en sus cuadros internos, con el objetivo de garantizar que se respeta el principio de “mismo salario para el mismo trabajo”.