Nancy Vázquez/El Nacional
Los móviles, las computadoras, la televisión y otros electrodomésticos forman parte del día a día en los países industrializados.
Las investigaciones sobre su impacto en la salud no han podido ir al mismo ritmo y, de hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha llegado aún a resultados concluyentes sobre cuánto tiempo de exposición empieza a ser perjudicial. Pero lo que es cierto es que todos estos aparatos crean campos electromagnéticos.
Celulares versus salud. El uso del móvil, por ejemplo, ha suscitado polémica a raíz de estudios que asociaban su abuso con la aparición de tumores hematológicos o en el sistema nervioso central, y lo mismo ha ocurrido con las antenas situadas en los edificios, respecto a las cuales hay evidencias de que parecen incrementar estas patologías, sobre todo en niños.
Y todos los que trabajan con un computador saben que su abuso está relacionado con un aumento de patologías músculo-esqueléticas y dolores de cabeza.
Tomemos algunas medidas: respecto al teléfono móvil: no facilitárselo a los menores de edad o controlar el tiempo de uso; y en cuanto al microondas, en espera de evidencia más concluyente, lo mejor es situarlo en una zona aislada de la cocina.