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Valeria Gonzalez / El Nacional

Abrir un frasco

Dice una frase que vi en Facebook: “Seguramente Dios ha mandado cerrar muy bien los frascos para recordar cuánto necesitamos de un hombre al querer abrirlos”.

 

Y bueno, debo aceptar que en muchas ocasiones sí bastaba con extender la mano para que un hombre fuerte y musculoso abriera el frasco de jalea, pero al igual que otras cosas en la vida, aprendes a hacerlo sola.

 

¿Sabías que si golpeas la tapa a cada lado con el mango de un cuchillo, ésta se abrirá sin hacer tanta fuerza?

Alcanzar algo en lo alto

Es muy cómodo pedirle a un hombre que nos baje la vajilla que está a lo alto de la alacena, pero ¿de verdad sólo ellos pueden hacer esta tarea o es que queremos creer que así es?

Acerca un banco y verás que no es tan difícil.

Tener un hijo

Durante años se vio inaceptable que una mujer tuviera o criara hijos sin un hombre a su lado, pero eso ha quedado atrás.

Si bien seguimos necesitando del esperma masculino para fecundar un óvulo, no es indispensable después de esto amarrarte a un hombre; incluso, las mujeres que criamos hijos solas en lugar de quedarnos atadas a una pareja sin futuro, somos más felices.

 

Trabajo duro

Cambiar una bombilla, clavar un clavo, resanar una pared, son tareas que preferimos delegar a los hombres con tal de no rompernos una uña, pero no sólo ellos los únicos capaces de hacerlo.

Basta con perderle el miedo y ¡hasta orgullosa te sentirás!

Ser feliz

¿Que no puedes ser feliz sin un hombre? Nada puede estar más lejos de la realidad, pues el tener pareja no es nuestra única meta en la vida y con ellos o sin ellos debemos aprender a estar felices.

Puedes hacer mucho por tu desarrollo personal, estudiar, viajar, trabajar, etc.