Redacción/El Nacional

Tras la inflación acumulada de 825 por ciento, la inseguridad que ha convertido a la capital venezolana en la ciudad más peligrosa del mundo, además de la crisis política que llevo a miles de jóvenes a las calles y termino con la vida de 130 manifestantes entre abril y julio, Nicolás Maduro se niega a apartarse para abrir camino a nuevos gobernantes en la nación sudamericana.

El día de ayer, el vicepresidente venezolano Tareck El Aissami anunció que el presidente de Venezuela buscará la reelección en 2018.

“Vamos a tener, Dios mediante, pueblo mediante, la reelección de nuestro hermano Nicolás Maduro como presidente de la república”, afirmó Aissami durante un mitin del gobernante.

El anuncio se da tras la publicación de un informe conjunto de Human Right Watch y Foro Penal Venezolano que denuncia 88 casos de violación de derechos humanos en Venezuela, durante las manifestaciones entre abril y julio, previamente documentado por el Alto Comisionado de DH de la ONU.

Los partidos de Maduro vienen de ganar 18 de las 23 gobernaciones en los comicios regionales, resultados que tomaron por sorpresa a los analistas debido a que las principales encuestas daban como favorita a la oposición debido al descontento con el gobierno actual.

El Aissami aseguró que el 190 de diciembre se obtendrán la mayoría de las 335 alcaldías del país.

“Será una gran victoria en esta contraofensiva ante el golpismo, ante la violencia opositora, ante la guerra económica y pese a las sanciones de Trump. En el 2018 habrá una gran victoria revolucionaria”, reafirmó.

La popularidad de Maduro ronda en 20 por ciento, como consecuencia de una inflación que podría cerrar el año en 1,000% mayormente reflejado en la severa escasez de bienes básicos.