Erika Williams/El Nacional

 

5El sexo representa entre un 40 y un 60 % de la vida en pareja. Pero, con el paso de los años, se ve tapado por la rutina, las obligaciones cotidianas y el “deber ser”. Aquí, algunas claves para mantener la llama encendida.

 

El sexo es una parte fundamental de toda relación amoroso. Si se quiere poner en números basados en encuestas, representa entre un 40 y un 60 % de la vida en pareja. Y aunque el tiempo pase, mantener vivo el deseo seguirá siendo un desafío y, por qué no, un problema para muchas parejas.

 

Pensar o convencerse de que las ganas se encienden con solo insinuar, “apretar el botón”, o por el simple hecho de “juntar los cuerpos”, es un error. El sexo tiene sus tiempos, sus códigos de acercamiento y sus pautas de acuerdo. En los primeros años de la relación es una fuerza espontánea, a veces movilizada por la pasión que no requiere de muchos recursos para hacerse presente. No obstante, las fogosidades del principio se apaciguan con el tiempo y dan paso a un deseo más calmo, no por eso exento de intensidad.

 

Es frecuente escuchar, no sin cierta nostalgia, como las parejas se quejan por el vigor perdido y aparecen reproches mutuos e incertidumbre por el futuro. Y no ocurre sólo con quienes llevan varios años juntos, también los jóvenes se quejan: “nos llevamos bien en todo, pero en el sexo no”.

 

En la semana somos como dos amigos. La imposibilidad para encontrar un espacio de intimidad cuando la rutina y las responsabilidades ocupan gran parte del día es uno de los temas planteados con más frecuencia. En el contexto de trabajo, hijos y preocupaciones pareciera que el sexo no tiene cabida. Se lo relega para los fines de semana y prescinde de todo contacto anterior que pudiera indicar que se está insinuando un encuentro erótico.