Un juez le retiró los cargos a Román Martínez Velázquez, único sacerdote procesado; el Vaticano había alejado a los tres curas desde 2014.
El Vaticano reincorporo a tres sacerdotes acusados de abuso sexual. En el mes de abril, Román Martínez Velázquez, único cura que fue juzgado por el caso “Romanones”, fue declarado inocente; la Santa Sede lo expulsó de sus servicios en 2014.
El diario “El País”, informó que el cura Román Martínez junto con Francisco José Martínez Campos y Manuel Morales Morales se les fue imputado el delito de abuso sexual entre 2004 y 2007; fueron apartados de sus labores sacerdotales el 15 de octubre de 2014.
El arzobispado de Granada difundió un comunicado, el cual dice: “a día de hoy, 29 de noviembre del 2017, hace pública la decisión de la Santa Sede de que les sean levantadas las medidas canónicas cautelares a D. Román Martínez Velázquez de Castro, a D. Francisco José Martínez Campos, y a D. Manuel Morales Morales, que las tenían impuestas desde el 15 de octubre del año 2014. En consecuencia, desde hoy vuelven a ejercer su ministerio sacerdotal, y en este mismo día han recibido la comunicación de un nuevo destino pastoral”.
En el 2014 surgió el caso de Román, después de que un joven envió una carta para mostrar que había sido víctima, presuntamente, de abuso sexual de los 14 a los 17 años. Posteriormente el papa Francisco llamó al joven para saber de viva voz sus acusaciones, desencadenando así la separación de los tres curas y un profesor de religión.
La ley retiró el delito al sacerdote por no encontrar las pruebas concluyentes; en el último juicio para Román Martínez. La sentencia original era de nueve años y una indemnización de 50,000 euros.