Reyna Briseño/El Nacional.
El joven blanco sospechoso de masacrar a nueve personas en una de las iglesias más emblemáticas de la comunidad negra, en Charleston, fue encarcelado en esa ciudad al sureste de EEUU, donde se incrementa la tensión racial.
Mostraron al sospechoso abordando una avioneta con sus manos esposadas y vistiendo el uniforme de prisión a rayas blancas y negras.
La policía detuvo a Dylann Roof, un joven de 21 años, durante un control de carretera en la vecina Carolina del Norte, informó a la prensa el jefe de la policía de Charleston, Gregory Mullen.
El ataque fue cometido el miércoles en la iglesia Emanuel African Methodist Episcopal Church de Charleston Carolina del Sur, donde el joven se introdujo en una reunión de estudio de la biblia y disparó luego contra los congregados.
Pienso que se trata de un crimen de odio, afirmó Mullen. Un amigo del sospechoso, Dalton Tyler, dijo que Roof era partidario de la segregación racial y había dicho que quería empezar una guerra civil.
En una foto en su perfil en Facebook, Dylann Roof aparece con una chaqueta negra en la que se puede ver la bandera sudafricana del tiempo del apartheid y otra del ex régimen segregacionista de Rodesia, hoy Zimbabue.
Sylvia Johnson, pariente de una de las víctimas, dijo que una sobreviviente le contó que el atacante había hecho un alegato racista durante el ataque.
Una de las víctimas intentó razonar con él durante el ataque para evitar más muertes, pero él dijo no, ustedes han violado a nuestras mujeres y están tomando el país. Debo hacer lo que hay que hacer, relató.
El horror generado por el caso y el simbolismo del lugar donde ocurrió marcaron el tono de la intervención de Obama, quien visiblemente frustrado expresó su tristeza y cólera ante lo que denunció como muertes sin sentido, al tiempo que llamó nuevamente a una mayor regulación en la venta de armas de fuego en Estados Unidos.
Tras reabrirse el cordón de seguridad policial que había cercado los alrededores del templo, residentes de Charleston se acercaban a la entrada a dejar flores y globos brillantes.
Creo que fue el diablo el que perpetró la masacre, dijo entre lágrimas Rhonda Johnsons, de 50 años, que acudió con sus hijas Madison, de 16, y Lauren, 21.
En la acera de enfrente, Daron-Lee Calhoun II, afroestadounidense de 27 años, dijo creer que la masacre era una prueba de la resentida supremacía blanca y el racismo, especialmente en el sur de Estados Unidos.