La respiración es considerado uno de los actos que las personas podemos realizar y uno de los procesos corporales que puede realizarse de forma voluntaria o involuntaria.
Nuestra respiración cambia en forma y ritmo en diferentes momentos del día y con distintas emociones y estados. Por ejemplo, suspirando en desesperación, jadeando con agotamiento, conteniendo la respiración con miedo y terror.
Para respirar mejor uno debe aprender a hacerlo usando el diafragma, es la manera en la que la respiración es más efectiva y relajada, según el NHS, que recomienda estos ejercicios y posiciones para mejorarla.
Sentado en una silla, con la espalda recostada y relajado con una mano en el abdomen. Inhala por la nariz y exhala por la boca de forma profunda, que puedas sentir tus costillas y tu pecho expandirse y contraerse.
Subiendo escaleras. Marca un ritmo para tu respiración. Inspira para subir un peldaño y expira en el siguiente. Conseguirás tener una respiración rítmica y con un patrón.
Cabeza apoyada en la mesa sobre varias almohadas y sentado en una silla. Con la cara girada hacia un lado, deja la parte de tu barriga libre para entender y contraer el abdomen lo máximo posible, haciendo trabajar al diafragma al máximo rendimiento.
Tumbado de lado, en la cama, en posición cuchara, ligeramente inclinado hacia delante y con las piernas un poco dobladas una sobre la otra. Practica respiraciones profundas sintiendo como el abdomen se expande.