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Redacción/El Nacional

No son fóbicos ni célibes, pero no tienen el deseo ni la necesidad de vincularse genitalmente con otros.

El sexo está en todos desde el punto de vista semántico, la palabra asexuado es errónea y desde el físico, imposible. Estas personas eligen llamarse con el prefijo a, que significa “sin”, cuando en realidad, no carecen de sexualidad: “todos tenemos sexualidad, la sexualidad está inevitablemente en uno”.

Contacto físico no sexual. Pueden sentirse atraídos intelectual o románticamente por alguien o hasta tener una relación afectiva sin contacto genital.  Pero pueden vivir tranquilamente sin relaciones sexuales.

Para quienes mantienen relaciones sexuales, es incomprensible la vida sin sexo. Por eso catalogan como enfermos o reprimidos a los de este grupo. Incluso, muchos profesionales afirman que sufren una disfunción a la que llaman “deseo sexual hipoactivo”, e intentan catalogarlos como algo diferente a lo que son. Un ‘asexual’ no es lo mismo que un célibe ni es alguien que reprime su “instinto” sexual por vergüenza, baja autoestima o timidez. El célibe tiene deseos sexuales, se excita y se siente atraído por otras personas de forma genital, aunque elige desobedecer esos deseos.