Redacción/ El Nacional.
Concluir un ciclo y despedir un año para iniciar uno nuevo, puede ser motivo de nostalgia, considerado como sentimiento normal, pero si la tristeza es profunda y provoca llanto por tiempos prolongados, entonces podría tratarse de un trastorno depresivo.
La depresión estacional aparece al finalizar un año, algunas personas manifiestan alteración en su estado de ánimo, sienten nostalgia, melancolía y tristeza causadas por la finalización de una etapa.
María Rosa Nelda Santos Lara, psicóloga adscrita a la delegación Nuevo León del IMSS dio a conocer que todas las unidades médicas del Seguro Social cuentan con servicio de atención psicológica, para todas aquellas personas que son derivadas o enviadas por su médico familiar.
Es común que en estas épocas las personas recuerdan las vivencias y si se visualiza un futuro problemático, el balance puede ser negativo y causar desánimo y desesperanza.
Se recomienda realizar un esfuerzo para encontrar en las vivencias los aspectos positivos y que además las metas trazadas para el año nuevo no sean ambiciosas, sino alcanzables y muy realistas para evitar sensaciones de fracaso a futuro. Las metas a corto plazo y más viables generarán un estado de seguridad y mayor satisfacción en la persona.
La depresión en general, dijo la vocera del IMSS se trata de una alteración o trastorno en el estado de ánimo y entre los síntomas se encuentran la falta de entusiasmo para hacer las cosas, la tristeza, la pérdida del apetito, la presencia de insomnio o el dormir por más tiempo.
Un estado de depresión se presenta en varios grados, desde leve, moderada o severa. Entre mayor sea, las manifestaciones serán más notorias. Las personas deprimidas, pueden tener pensamientos de muerte o ideas suicidas, de acuerdo al grado de alteración.
La familia de una persona en depresión puede darse cuenta de esta enfermedad por el cambio de conducta, porque baja la convivencia social, no procura un arreglo personal, come menos y duerme mal.
Las mujeres suelen demostrar la depresión mediante el llanto o expresiones de tristeza, mientras que el varón simplemente cambia de humor, se vuelve irritable o tenso.