Redacción/El Nacional

Louis Tomososki vive en Portland, Oregón, desde que tiene 16 años ve las imágenes distorsionadas como resultado de observar directamente un eclipse.

Era 1963 y el eclipse que se esperaba para el 20 de julio de ese año de principio de los 60 pasaba más bien desapercibido en Estados Unidos, lejos de toda la bulla y la afición que ha generado el eclipse total que sucederá este próximo 21 de agosto. Iba a ser total, sí, pero solo se iba a ver completamente en Alaska y Canadá. En Oregón, la tierra donde crecía Louis, solo se vería de manera parcial.

Sin estar muy enterado del fenómeno, esa tarde Louis estaba en la cancha de béisbol en donde solía entrenar. Cuando la luz del sol empezó a variar, el jovencito levantó la cabeza, cerró su ojo izquierdo y dejó el derecho completamente abierto y por 20 segundos, con sus ojos desnudos, miró el eclipse.

Hoy en día, Louis Tomososki tiene 70 años y desde entonces, él ve el mundo como si todo estuviera cubierto por un velo: “Así como cuando en los noticiero le distorsionan las placas de un carro para no identificarlas”.

Este hombre de Oregón puede dar cuenta de cómo ha sido vivir por 54 años con retinopatía solar, la forma científica con la que se conoce a las consecuencias fotoquímicas que tiene sobre la retina la exposición directa a las radiaciones ultravioletas del sol.

“La retinopatía solar es un riesgo que no solo existe durante un eclipse, en realidad es algo que le puede pasar a cualquiera que se atreva a mirar de manera prolongada el sol. Lo que sucede es que como durante un eclipse el poder del sol parece disminuirse se hace más cómodo observarlo y esto hace que durante estos episodios aumente el registro clínico de casos de retinopatía”, dijo el profesor de oftalmológia del Bascom Palmer de la Universidad de Miami, y director del departamento de Retina de Palm Beach, Jorge Fortun.partial-solar-eclipse-clouds

Es difícil encontrar casos de retinopatía ocasionados por un eclipse, al menos en Estados Unidos, una escasez que quizás esté vinculada a que, por ejemplo, un eclipse solar total como el que va a ocurrir el próximo lunes no se ve en territorio estadounidense desde hace 99 años. Sin embargo, los registros médicos en varios lugares del mundo en donde han ocurrido eclipses dejan evidencia del riesgo.

En 1999, días después del eclipse que se vio en el Reino Unido, 14 personas ingresaron a salas de emergencias u hospitales con problemas visuales. “Uno de los casos más serios era de un paciente que había reportado ver el sol por alrededor de 20 minutos sin protección”, cuenta un estudio posterior publicado en 2002 en el que se recogieron todos los casos y en el que se describe cómo hospitales como el de Moorfields recibió 1,600 llamadas de gente que sentía que su visión había sido afectada por observar el eclipse.

Durante otro eclipse, en 1984, 11 personas en Manchester tuvieron daños permanentes en la retina. Mientras que un estudio realizado en Turquía después del eclipse de 1976 halló que 10% de quienes tuvieron lesiones oculares presentaron problemas de visión a largo plazo.