En el mes de abril, Maribel viajó con sus dos hijas a Acapulco desde la Ciudad de México, para trabajar de comerciante y ser ayudada por un conocido para que la dejara vender pelotas en la costera Miguel Alemán durante 20 días; rentando un cuarto en la colonia Progreso.
La noche del 30 de abril, una semana después de llegar, su hija mayor Karla, de 18 años, salió a la tienda, pero ya no regresó , a partir de ese momento no ha dejado de buscarla.
11 días después del secuestro, el Ministerio Público de Acapulco le tomó su declaración ya que “tenían mucho trabajo” pero Maribel ya sabía quiénes eran los responsables.
Cuatro días después de la desaparición de Karla, el 4 de mayo, los mismos vendedores ambulantes que ella había visto anteriormente le revelaron que ellos habían secuestrado a su hija, y no sólo eso, le mostraron la ropa con la que se le vio por última vez, pero sucia y con sangre.
En una carta enviada al gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, Maribel describe que un hombre llamado Elías Juárez Ramírez le dijo que su hija ya estaba en un prostíbulo de Acapulco, que mejor se regresara a la Ciudad de México y dejara de buscarla, o la iban a matar.
Un elemento del Ministerio Público, le dijo a Maribel que él sabía dónde estaba su hija, que Karla es obligada a prostituirse, que le diera 300 mil pesos y él le regresaba a su hija.
Maribel regresó a la Ciudad de México hace un mes, ahora, empezó a recibir llamadas de quienes identifica como vendedores ambulantes del puerto de Acapulco, cambiaron de opinión le piden 230 mil pesos por devolverle a su hija.
Tras las amenazas y ante de la falta de respuesta de las autoridades, la señora Maribel Gómez decidió iniciar una campaña para juntar el dinero que le piden los secuestradores de su hija; permanece por horas en las calles pidiendo dinero, dice que no se quedara con los brazos cruzados.