Redacción/ El Nacional


Más de 19 mil elementos policiacos, apoyados por una decena de helicópteros, botes y buzos en el río Elba, se han desplegado este jueves en Hamburgo, Alemania, para garantizar la seguridad de las 36 delegaciones internacionales que participarán en la cumbre del G20.

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El primero en aterrizar en el aeropuerto de la ciudad fue el Presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, a quien seguirán los líderes de las principales economías mundiales y de las potencias emergentes.

Las cifras que rodean la cumbre, marcada por reuniones bilaterales de alto impacto, como la del encuentro directo entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el ruso, Vladimir Putin, reflejan la dimensión de un foro en el que la búsqueda de consensos se perfila cuesta arriba.

Los costos de la organización se estiman en 130 millones de euros, lo que implica tanto la seguridad como la acogida de 6 mil 500 miembros de las delegaciones y cerca de 5 mil periodistas acreditados, procedentes de 65 países.

Una amplia zona de la ciudad -38 kilómetros cuadrados- es un área prohibida para todo tipo de manifestaciones, por quedar en el radio que envuelve el centro de congresos donde se celebran las sesiones y el aeropuerto de la ciudad.

Curiosamente, justo en los límites de dicha área se encuentra la casa ocupada del colectivo “Rote Flora” -“Flora Roja”-, epicentro del movimiento antisistema que pretende impedir la celebración de la cumbre con acciones de bloqueo.

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Por su parte, la Policía ha dispuesto un centro de detención provisional con celdas individuales y comunitarias con capacidad para 400 personas, en instalaciones que anteriormente había albergado a refugiados asignados a la ciudad.

Hay una veintena de manifestaciones de diversa índole convocadas en contra del G20 y el martes pasado se registraron ya los primeros altercados, con cerca de un millar de personas que pretendían pernoctar en la llamada “acampada anticapitalista”, prohibida por las autoridades.