La tensión entre Corea del Norte y Estados Unidos aumentó ayer tras el lanzamiento de prueba de un misil intercontinental por parte de Pyongyang y el posterior intercambio de amenazas entre ambos países, además de ejercicios militares de Washington.
“Los bastardos estadounidenses no estarán muy felices con el regalo enviado por el aniversario del 4 de julio. Les deberíamos mandar estos regalos regularmente para romper su aburrimiento”, declaró el líder norcoreano, Kim Jong-un, citado por la agencia de noticias del régimen KCNA.
La nota de la agencia norcoreana agrega que “el último lanzamiento se hizo para probar el nuevo cohete balístico intercontinental con capacidad de cargar una gran ojiva nuclear”.
El misil probado era llamado Hwasong-14, que alcanzó una altura máxima de 2 mil 802 kilómetros y recorrió 933 kilómetros en 39 minutos. Según los cálculos, el misil sería capaz de impactar en costas de Alaska.
El ensayo fue considerado por EU como una “acción desestabilizadora e ilegal”, además de un desafío directo a la administración de Donald Trump, justo el Día de la fiesta de independencia del país.
En las primeras horas de este miércoles, las tropas estadounidenses apostadas en la zona informaron que realizaron un ejercicio balístico conjunto con sus similares surcoreanos.
Las pruebas se realizaron en la costa este de Corea del Sur, donde fueron lanzados al mar misiles estadounidenses y cohetes del sistema misilístico surcoreano Hyunmoo-II. El ejército de EU habló de la acción como una respuesta al comportamiento “desestabilizador e ilegal” de Corea del Norte.