Alarmando a la sociedad mexicana ante un virus desconocido, el Coxsackie ha llegado a nuestro País para presentarse principalmente en menores de 6 a 13 años, en forma de ampollas en pies, manos y boca.
La infección que no representa riesgos graves si se logra detectar a tiempo y la cual ya se ha registrado en 224 mexicanos, se contagia a través del contacto con secreciones de la nariz y garganta, líquidos de ampollas, saliva o heces de personas infectadas y superficies.
A pesar de que la mayor cantidad de casos en los Estados de la República Mexicana se han registrado en menores que acuden a la guardería o kínder, los jóvenes adultos también pueden ser presa del virus, ya que también se propaga de una persona a otra a través de pequeñas gotitas de aire que se liberan cuando el enfermo estornuda, tose o se suena la nariz.
De igual manera se transmite si se toca la nariz, los ojos o la boca después de haber agarrado algo contaminado con el virus, como un juguete o la chapa de la puerta.
La enfermedad puede confundirse con resfriados comunes, gripas o infecciones estomacales, ya que se manifiesta a través de fiebre alta, malestar general, dolor de garganta y de cabeza, pérdida de apetito, úlceras en la garganta (incluso las amígdalas), boca y lengua, secreciones y dolores comunes de los catarros o malestares por comida.
En ocasiones sus síntomas pueden agravarse al grado de tener que acudir a un hospital por meningitis viral (una infección de las tres membranas que recubren el cerebro y la médula espinal), encefalitis (una infección del cerebro) o miocarditis (infección del músculo cardíaco).
Dicho virus tiene un periodo de entre siete y 10 días, además de que no existe un tratamiento específico y se busca sólo controlar la fiebre. El contagio se presenta en los primeros tres días de contacto y después aparecen los síntomas.
Como medidas preventivas, es importante el lavado de manos frecuente, consumir alimentos desinfectados, el uso de cubiertos individuales, tomar agua hervida o clorada, los juguetes que se comparten en las guarderías deben limpiarse de manera regular con un desinfectante porque el virus puede vivir en estos objetos durante varios días.
Esta situación ha alertado a las autoridades de Oaxaca, Hidalgo, Estado de México, Querétaro, Tlaxcala, Tamaulipas y Zacatecas.
El primer virus de este tipo se registró en la ciudad de Coxsackie, en el Estado de Nueva York, Estados Unidos, a ello se debe su nombre Coxsackie.