Redacción/El Nacional
Los 90´s son para muchos la época más entrañable y siempre será recordada con cariño, pero entre las cosas que se echan de menos de la época existen hábitos de belleza que aunque estuvieron de moda y eran dañinos para la salud.
Rizar el cabello al extremo
Un ritual común era hacerse un rizado perfecto desde la mañana, al decir verdad, era un look hermoso pero también muy perjudicial para la salud del cabello, ya que la exposición excesiva de calor lo deshidrata y lo vuelve más frágil.
Cejas muy depiladas
Como bien se sabe, la ceja es el marco de toda mirada, en los años 90 la tendencia era usar la ceja excesivamente delgada, pues “entre más delgada mejor”, artistas como Jennifer Aniston, Jessica Alba y Christina Aguilera son sólo algunas famosas que llevaron esta tendencia, sin embargo, algunos especialistas explican que la eliminación en abundancia y de manera constante de los folículos pilosos podrían llegar a hacerlos morir y no crecer más.
Brillos y más brillos
Los brillos fueron icónicos en los 90, usar brillos era parte del día a día de las mujeres, desde roll-on para el cuerpo, sombras para ojos, esmaltes, labiales etc, los brillos podrían parecer inofensivos, pero se reportó en ese entonces, que una mujer perdió el ojo gracias a que partículas de brillo cortaron su córnea.
El uso de scrunchies
Las scrunchies o “donas” para el cabello, eran el accesorio de moda y más apreciado de los 90, se podía ver por las calles a todas las chicas con el cabello atado en una ajustada cola de caballo en la parte superior de la cabeza, lo cual no era nada saludable, puesto que provocaba dolores de cabeza y al tener “restirado” el cabello de manera diaria, provocaba que se debilitara y se fuera cayendo de manera gradual.
Luces extra claras en el cabello
Cuando celebridades de la talla de Jennifer Aniston o Ginger Space, empezaron a aparecer con el cabello de esta manera, inmediatamente se hizo tendencia, haciendo que muchas chicas llevaran luces extra claras en su cabello, este look ocasionaba grandes daños capilares ya que el cabello pasaba por un proceso muy pesado de decoloración que posteriormente lo dejaba quebradizo, seco y con orzuela.