Escrito por Edgar Martínez

No vale la pena mencionar las fallas arbitrales en una eliminatoria donde pudieron hacer más que el futbol que se demostró. No les queda quejarse de “robo” cuando regalaron más de 80 minutos y no sólo en la ida sino en la vuelta. Simplemente, hay que aceptar la derrota, la misma que vinieron demostrando desde el jueves pasado ante unas Chivas que verdaderamente dejaron boquiabiertos a más de uno.

Si bien, no venían en su mejor versión,  el “rebaño sagrado” dejó perplejos a casi todos los que no creían en ellos,  pues tras el buen cierre de Tigres, la cuota goleadora que registraba y el poco daño que sus rivales le habían hecho, nos mostraba un panorama en el cual veíamos un bicampeonato más que seguro para los felinos.

Pero hay que resaltar que el futbol no es de merecimientos, es de méritos y Chivas logró eso desde la ida en el Universitario. Los resultados en liguilla no eran favorables para los rojiblancos, quienes solamente ganaron un partido previo a la final (1-0 ante Atlas), situación que cambió frente a Tigres.

Desde el pasado jueves, los dirigidos por Almeyda derrocharon una cátedra de cómo jugarle a los auriazules, quienes gracias a su arquero Nahuel Guzmán, les regalaron dos goles.

Los cambios, los calambres, la poca condición física que el rebaño tuvo, perjudicó su sistema de juego  y,  es que vinieron los reemplazos para el “Pelado”, afectando su futbol, por lo que se vio empatado gracias a la genialidad de Gignac.

Sin duda esos fueron los 5 minutos que mejor jugó Tigres en la eliminatoria ante Chivas; dinámica, buen futbol, verticalidad y sobre todo los goles, que al fin y al cabo así es como se gana esto.

Se llegó el juego de vuelta y la moneda estaba en el aire; lo demostrado en la ida dejaba opiniones divididas, pues mientras unos ya daban por bicampeón a Tigres, otros confiaban en la lucha de los mexicanos de Chivas – y vaya que no se equivocaron.

En los 90 minutos finales, mínimo Tigres fue mejor en 70, sin embargo, esos 20 restantes bastaron para que el rebaño consiguiera su objetivo:  Liquidar a los felinos.

Pulido daría la ventaja a Chivas, Vázquez liquidaba las cosas y Sosa ponía un poco de dramatismo a la situación en la parte final, la cual vivió una tensión inmensa cuando se presenció la jugada del penal, una falta muy clara sobre el apodado “Chuco”, que no fue pitada por Santander, quien antes de eso tuvo un trabajo impecable.

¡Sí! Error arbitral, pero fuera de ello no se puede escudar en un penal si regalaron más de partido y medio al rival.

¡Sí! Errores propios hicieron que el rebaño se llevara etiqueta de campeón desde la ida.

¡Sí! Futbolistas como Gignac y Aquino se dedicaron más a reclamar que a jugar – destacando que el oaxaquense estaba jugando de a gratis en la vuelta por aquella jugada que merecía roja en el duelo del pasado jueves.

Si de algo estamos seguros es que si el arbitraje hubiera sido localista, el francés y Sosa ya hubieran sido expulsados al primer reclamo –  y vaya que se expresaron de manera fuerte ante el silbante. Es más, siendo Paul Delgadillo estarían con 9 hombres los Tigres en el terreno de juego antes del medio tiempo.

Pero bueno, un buen futbol y aprovechando la desesperación del rival, fue como Chivas logró levantar su título número 12, ganándose de nuevo ese perfil de “GRANDE” que por varios años se mantuvo escondido. Por otra parte, el proyecto Almeyda rindió frutos: Dos Copa MX y una más de Liga.

Chivas fue mejor y se tiene que aceptar. Además, si se hubiera marcado el penal…¿Lo hubieran metido?   Digo, la buena actuación de Cota en los dos juegos y la desesperación felina, son factores que hubieran afectado en ese momento en el que la tragedia invadió a los universitarios.

Aquí no se trata de saber perder sino de aceptar que el rival fue mejor y como dijo Dueñas –  “El futbol es de revanchas”.