El continente asiático sufrió hoy nuevos estragos por el ciberataque mundial, con más de 200 mil afectados en 150 países desde el viernes pasado, y en medio de recomendaciones de expertos para que se refuerce la seguridad y un anuncio de China sobre una nueva versión del virus.
La mutación del virus WannaCry, descubierta en China, ha conseguido burlar las medidas locales tras un primer ataque, que ya ha afectado a más de 30 mil empresas e instituciones educativas del país.
De hecho, el experto informático del Reino Unido que consiguió inhibir el ataque horas después de su inicio advirtió de que nuevas versiones del virus se propagarían con bastante probabilidad este lunes.
Ante dicha situación, Pekín ha alertado de los “desafíos sin precedentes” que ha causado dicho virus, el cual impide a los usuarios el acceso a una computadora o a ciertos ficheros a menos que paguen un rescate.
En un comunicado de la Administración del Ciberespacio, el Departamento de Seguridad Pública de Pekín y la Comisión Municipal de Economía y Tecnología de la Información de Pekín, se afirma que no puede evitarse una mayor propagación de este programa maligno.
A parte de las empresas educativas, también se han visto afectados hospitales, estaciones de tren, universidades, oficinas gubernamentales y de correos o gasolineras.
En Japón, mientras tanto, alrededor de 2 mil ordenadores de unas 600 empresas, entre ellas la tecnológica Hitachi y el fabricante automovilístico Nissan, sufrieron los estragos del ciberataque mundial.