Iraqi soldiers and Shiite fighters from the popular committees hold a post as they fire towards Islamic State (IS) group positions in the Garma district of Anbar province west of the Iraqi capital Baghdad, on May 19, 2015. Iraq's army and allied paramilitary forces massed around Anbar's provincial capital Ramadi, looking for swift action to recapture the city from the Islamic State group before it builds up defences. AFP PHOTO / AHMAD AL-RUBAYE

Ejército Iraqí

Redacción / El Nacional

El Ejército iraquí lanzó una ofensiva militar para expulsar a combatientes del Estado Islámico (EI) de la ciudad de Ramadi, capital de la occidental provincia de Anbar, que fue capturada por el grupo extremista a principios de este mes.

La televisión estatal iraquí informó de manera oficial el inicio de la contraofensiva contra los yihadistas del EI en Ramadi, la cual contará con el respaldo de fuerzas paramilitares chiítas y sunnitas, las dos ramas más importantes del Islam.

Las fuerzas iraquíes y combatientes de las milicias chiítas, aliadas bajo la bandera popular “Movilización de las Fuerzas”, se reunieron desde las primeras horas de este martes en la base militar Habbaniyah, en preparación para la contraofensiva en Ramadi .

Ahmed al-Assadi, portavoz de las milicias chiítas, aseguró que la operación militar “no durará mucho tiempo” y reveló que las fuerzas iraquíes comenzaron a rodear Ramadi desde tres lados diferentes, a fin de expulsar lo más pronto posible a los yihadistas.

En declaraciones a la prensa local e internacional, al -Assadi, quien también es miembro del Parlamento, aseguró que las nuevas armas que se utilizarán en esta nueva la batalla contra el Estado Islámico “van a sorprender al enemigo”.

Uno de los puntos cruciales en la contraofensiva para lograr recuperar Ramadi será el control de las principales carreteras de la provincia, destacó el vocero, según reporte de la cadena árabe Al Arabiya.

El EI, antes denominado Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) tomó gran parte de la occidental provincia de Anbar desde principios de 2014, aunque fue hasta principios de este mes que logró controlar la ciudad de Ramadi, tras meses de intensos combates.

La caída de la capital provincial marcó una gran derrota para las fuerzas iraquíes, que en el último años habían estado haciendo progresos constante en la lucha contra los extremistas del EI, con la ayuda de los ataques aéreos de una coalición, liderada por Estados Unidos.

Pese al apoyo incondicional de las milicias, muchos líderes tribales de Anbar han expresado su preocupación de que la inclusión de tropas chiítas en la lucha por recuperar Ramadi provoque divisiones sectarias y otros problemas en la provincia.

Decenas de miles de residentes de Ramadi han huido de la ciudad en las últimas semanas, agravando la crisis humanitaria que se vive en varias regiones de Irak por el avance de los yihadistas del Estado Islámico.