Guadalupe Zúñiga/El Nacional
Para muchos recibir la Ceniza es sólo un acto de la Iglesia católica que te inculcan tus padres o abuelos, pero que en realidad no sabemos “ni su significado ni por qué los Miércoles de Ceniza cambian cada año y mucho menos por qué se coloca en la cabeza o frente”.
Antes de resolver todas esas preguntas, primero que nada hay que saber que la Ceniza no es un rito mágico, ni de protección especial (como muchos podrían considerarlo), esto lo digo porque los que no van a misa los domingos, por arte de magia aparecen de la nada cada Miércoles de Ceniza, como con la idea de que con un sólo día, ya cumplieron con Dios.
Pero volviendo al tema, recordarás que cuando vamos a la Iglesia y al imponernos la Ceniza, la persona que nos la coloca nos dice… “Polvo eres y al polvo volverás” o “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”, con esto quiere decir que nada somos ante Dios, por lo que nos piden reflexionar sobre lo que hemos hecho mal y que a partir de recibir la Ceniza, es tiempo de convertirnos (regresar a Dios o acercarse más a él).
Te preguntarás ¿Cuánto tiempo toma convertirse?, aunque te suene raro, este proceso es un programa de toda la vida, pues todos -sin excepción- necesitamos convertirnos: hasta el más santo puede todavía ser más santo aún.
Y la conversión debe ser verdadera, no aparente, es decir, el cambio debe ser interior, en el corazón. En esto consiste el verdadero arrepentimiento de las faltas, pecados, vicios, etcétera. Cada uno, en el interior de su corazón sabe cuál es aquella falta que el Señor desea que deje. Y la Cuaresma es el tiempo propicio para ese arrepentimiento, el cual es una gracia que el Señor nos concede si realmente lo deseamos, si verdaderamente lo buscamos.
Cuando recibimos la Ceniza realizamos entonces, en forma tangible, un reconocimiento público, por el cual nos declaramos frágiles, incapaces, pecadores, en busca de la misericordia de Dios.
Regresado a las preguntas, ¿te has percatado que el Miércoles de Ceniza, Semana Santa, la Ascensión del Señor, Pentecostés, Fiesta de Cristo Rey, año con año cambian?, esto es porque el Año Litúrgico no se ciñe estrictamente al año calendario, sino que varía de acuerdo con el ciclo lunar.
Cuenta la historia, que la noche en la que el pueblo judío salió de Egipto, había luna llena y eso les permitió prescindir de las lámparas para que no les descubrieran los soldados del faraón.
Los judíos celebran este acontecimiento cada año en la pascua judía o “Pesaj”, que siempre concuerda con una noche de luna llena, en recuerdo de los israelitas que huyeron de Egipto pasando por el Mar Rojo.
Podemos estar seguros, por lo tanto, de que el primer Jueves Santo de la historia, cuando Jesús celebraba la Pascua judía con su discípulos, era una noche de luna llena.
Por eso, la Iglesia fija el Jueves Santo en la luna llena que se presenta entre el mes de marzo y abril, por lo que tomando esta fecha como centro del Año Litúrgico, las demás fechas se mueven en relación a ésta y hay algunas fiestas que varían de fecha una o dos semanas.
Por último, debes de saber que el colocar la Ceniza en la cabeza es señal de duelo e inicio de penitencia y tiene muchos años, pues los judíos acostumbraban a echarse Ceniza sobre la cabeza para indicar que estaban en penitencia y los cristianos empezaron a tomar esa costumbre al empezar la Cuaresma.
Con estos datos te darás cuenta que al recibir la Ceniza (al inicio de la Cuaresma), tienes 40 días para prepararte para la Pascua, de arrepentirte de tus pecados, de cambiar para ser mejor y vivir más cerca de Cristo.
Dato:
La Ceniza simboliza a la vez el pecado y la fragilidad del hombre, mientras que la Cuaresma que comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo, te invita a un momento de conversión, arrepentimiento, humildad, oración, ayuno, penitencia, caridad, así como a tener un encuentro con Dios y con los demás, haciendo el compromiso de superación para ser como Cristo.