Redacción/ El Nacional
Se llama RoxxxyGold, mide 1,74 metros de altura y sus medidas son 96-76-94; está hecha de silicona y metal, viene dotada con sensores en la piel y es capaz de responder a la voz humana y hasta de mantener una conversación elemental, aunque sin mover las extremidades o la cara. Es un robot, se consigue en Estados Unidos por cerca de 7.000 dólares y su única función en el mundo es emular a una pareja sexual.
De momento, los especialistas coinciden en que estos, definitivamente, no reemplazarían las relaciones íntimas entre personas y más bien terminarían siendo un complemento para cierto público, como los juguetes sexuales.
los robots son una opción complementaria al terreno de los juguetes sexuales, y aunque probablemente en el futuro los perfeccionen y lleguen a producir emociones, siempre tendrán sus limitaciones.
El cerebro no se engaña fácilmente; un programa de computador que genere cierta estimulación neuronal puede causar placer, pero el contacto es otra cosa. Sin embargo, hay personas que sienten mucha excitación por las muñecas sexuales y tienen esa fantasía. En este caso podrían disfrutar también de estos aparatos.
Carlo Vinicio Caballero, médico experto en tecnologías de la salud. “Un robot –dice– puede llegar a causar goce, pero la carne no se puede reemplazar porque, además de ser placentero, el contacto es necesario para otros fines, como la procreación.