Michael Flynn, asesor de seguridad nacional del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó su renuncia luego del escándalo desatado por la posibilidad de que mintiera a altos cargos del gobierno, sobre las conversaciones que sostuvo con la administración rusa, informaron medios estadounidenses.
Ayer por la mañana su postura era delicada, al grado de que el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, declaró que Trump estaba “evaluando la situación” creada por Flynn.
Cada medio tenía una versión sobre los hechos, The Wall Street Journal indicó que la Casa Blanca debatía si lo mantendría en el cargo. Mientras que The New York Times informó que un ex funcionario dijo que el Departamento de Justicia advirtió a la Casa Blanca que Flynn no había sido totalmente sincero sobre sus conversaciones con el embajador ruso.
Las dudas sobre el funcionario crecieron tras varios informes de prensa sobre sus conversaciones con el embajador ruso en Estados Unidos, Sergey Kislyak.
De acuerdo con The Washington Post, Flynn habló con Kislyak en varias ocasiones durante los dos meses previos a la llegada de Trump y conversó con el sobre las sanciones impuestas a Moscú por el gobierno del ex presidente Barack Obama.
Esto contrario a lo que expresaron varios funcionarios, quienes aseguraron que Flynn no abordó el tema de las sanciones.
Flynn se vio obligado a disculparse por este suceso con varios funcionarios y finalmente reconoció que sí abordó el tema de las sanciones con Kislyak.