Redacción/El Nacional

Un reciente estudio reveló que la pobreza sí reduce la esperanza de vida (hasta dos años) y por ello debería ser contada como un factor de riesgo de mortalidad temprana.

“Se sabía que la educación, la renta y el trabajo afectan a la salud, pero pocos estudios han examinado la importancia de los factores socioeconómicos”, detalla el estudio.

En dicha investigación realizada en más de 1.7 millones de personas en siete países de altos ingresos comprobó que la pobreza afecta más que la obesidad, la hipertensión o el consumo excesivo de alcohol, por ello instó a que la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha incluir este factor en estrategias a nivel mundial para reducir la mortalidad.

“Nuestros hallazgos sugieren que las estrategias y acciones globales definidas en el plan de salud de la OMS excluye un importante determinante de la salud de su agenda (…) El bajo nivel socioeconómico es uno de los indicadores más fuertes de la morbilidad y mortalidad prematura en todo el mundo”, detalló el estudio.

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Para llegar a estas conclusiones se convocaron a especialistas de instituciones como la Universidad de Columbia, el King´s College y el Imperial College de Londres y la Escuela de Salud Pública de Harvard, estudiaron 1.751.479 casos estudiados, de los cuales el 54 por ciento fueron sobre mujeres.

Según el estudio, el bajo nivel socioeconómico reduce la esperanza de vida en más de 2 años (2.1) en adultos entre 40 y 85 años; el alto consumo de alcohol la reduce en medio año; la obesidad la acorta 0.7 años; la diabetes reduce la esperanza de vida en 3.9 años; la hipertensión en 1.6 años; el sedentarismo, 2.4 años; y el peor, reduciendo la media de vida 4.8 años, el consumo de tabaco.

“La adversidad socioeconómica debe ser incluida como un factor de riesgo modificable en las estrategias de salud local y global, las políticas y la vigilancia del riesgo para la salud”, concluye.